miércoles, 29 de agosto de 2012

De vuelta a una escuela de los 60


Qué triste es comprobar como en el siglo XXI se pretende volver a la escuela de los años 60. Esa escuela que yo viví, donde los niños y niñas se separaban en clases distintas, patios distintos, se cantaba en mayo a la Virgen y como colofón se cantaba el Cara al Sol, y tomábamos leche en polvo. Muy instructivo sin duda, y los padres ni siquiera tenían el derecho de elegir.

Hoy, cuando el avance en materia educativa es incuestionable y la convivencia en los centros entre niños y niñas es algo totalmente normal, algunos aprovechan cualquier ocasión para, sin ningún tipo de reparo, cuestionar todo lo avanzado y pretender que volvamos a esa escuela de los años 60 que yo viví.

Afortunadamente, el pasado día 22, el Tribunal Supremo dio la razón a  los que defendemos que los centros concertados que practican la discriminación por razón de sexo, separando a niños y niñas, no deberían recibir fondos públicos. Afortunadamente vivimos en una sociedad donde la convivencia de hombres y mujeres juntos es algo normal, sin distinción alguna, ni prejuicios sociales. Es un avance en la igualdad como personas, en una sociedad abierta y que avanza hacia  un futuro que nos hace iguales.

Pero no tarda en surgir la polémica: el señor Ministro de Educación y el sector más reaccionario del Partido Popular, empujado sin duda por distintos lobbies, entre otros los sectores mas reaccionarios y ultra conservadores se la Iglesia Católica, con muchos intereses económicos e ideológicos  y que no se resignan a dejar de ejercer presión en los poderes públicos, han saltado a  escena. Acatan con la boca chica la sentencia, pero por otro lado, proponen cambiar la ley, para no cumplirla.. Ese es sin duda, su sentir democrático.

Es triste pensar que algunos entienden que esta relación de estar juntos desde niños es algo antinatural, que no aporta nada a la convivencia, que todavía hay diferencias entre comportamientos de niños y niñas. Qué visión más miope y alejada de la realidad. Es un derecho convivir juntos e identificarse sin prejuicios con la diferencia de sexo, que no supone diferencia de habilidades, capacidades y derechos. Hay que apostar por la coeducación de niños y niñas con naturalidad.

No se pueden utilizar fondos públicos intentando utilizar la libertad de los padres a elegir el tipo de educación, que quieren para sus hijos, cuando  esto supone una clara discriminación por  razón de sexo. Quienes prefieran elegir este tipo de educación excluyente, y trasnochada que la paguen con su dinero. No existe ninguna razón objetiva para que esta polémica este en el candelero de la actualidad , puesto que es un hecho socialmente asumido  por  la mayoría, es algo superado hace tiempo,  es sencillamente una razón ideológica de la derecha mas rancia y trasnochada, que solo acata las sentencias que ha ellos les interesan y que siempre han supuesto recortes de derechos a los ciudadanos

Con esos fondos que se dedican a la discriminación se podían recupera las becas de comedor, libros y trasporte, que este Gobierno de la derecha ha eliminado, y que tanta falta hacen a muchas familias. Más valdría dedicarse a potenciar una Educación Publica de calidad con medios suficientes.

José Manuel Santander Jadraque
Concejal del Grupo Municipal Socialista del Ayuntamiento de Arganda

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